Recorrer el mundo y encontrar obras es un placer compartido por muchas personas, existen fascinantes culturas que albergan un sinfín de preciosas obras de arte. Viajar por los distintos continentes, India, América, Oceanía, Asia incluso Europa puede suponer una maravillosa aventura, adquirir obras de arte un complemento perfecto.

Enmarcar artesanía étnica
En los lugares más especiales del mundo, podemos encontrar sobre todo mucha artesanía que es lo que caracteriza a este tipo de obra étnica, es muy habitual que este tipo de obras se quieran enmarcar, en Comercial Palen, taller de enmarcación de Madrid, podrás encontrar el marco perfecto para tu obra especial.
Hemos enmarcado, pintura en arena, pintura en pastel, pintura sobre mármol, pinturas sobre seda, tapices y otros tipos de tela, murales, papiros… También se han enmarcado objetos étnicos tales como puntas de flecha, plumas, monedas antiguas, cerámicas, abalorios, etc. Los objetos quedan enmarcados en urna, con fondos muy originales haciendo juego con el estilo.
Conserva tus tesoros
Es una forma de conservar nuestros preciados “tesoros”, y de mostrarlos, esa es la misión principal de tomar la decisión de enmarcar nuestras adquisiciones étnicas. Y por supuesto, para decorar pueden tener esta función también, una vez enmarcados. Decorar espacios con motivos étnicos es una excelente idea, con mucho encanto y personalidad. Dota a los lugares de un aire diferente y primitivo, acercándolos a los elementos naturales.
La gran mayoría de comunidades indígenas que mantienen sus tradiciones, las han convertido en su forma de ganarse la vida, en su sustento vital, aparte de artesanos nos encontramos con verdaderos artistas, son los autores de la mayoría de los objetos que se venden en los tópicos zocos y mercados artesanales.
Artistas viajeros y la enmarcación
Multitud de artistas viajan a estos exóticos lugares para tomar inspiración, y luego se advierte en su obra unas fusiones y contrastes muy especiales, la influencia étnica está muy presente en la obra de muchos, un representante, para mi parecer el más importante de todos los tiempos, es el francés Paul Gauguin, entre los años 1891 y 1903 efectuó largas estancias en Tahití y las islas Marquesas, donde su primitivismo fue atemperándose al abrirse a la influencia de neoclásicos como Ingres o contemporáneos como el nabi Puvis de Chavannes.

Este proceso corrió de la mano de un creciente refinamiento tonal y de la presencia en su producción de un aura onírico-poética que en modo alguno parece reflejar la enfermedad y los conflictos personales -particularmente sus enfrentamientos con las autoridades locales en defensa de las comunidades indígenas- que marcaron los últimos años de su vida.