Los ambientes minimalistas respiran simetría, un orden casi cartesiano. Podremos incluir en este tipo de decoración muchos cuadros, pero tendremos que tener en cuenta que los cuadros estén colocados por pequeños grupos, sin agobiar el espacio. El conjunto tiene que transmitir serenidad y cada objeto expuesto tiene que apreciarse por separado, esta separación podemos conseguirla bien por su formato o su contenido. Es decir formando figuras geométricas o por el contenido, por ejemplo fotos de flores, animales o cualquier otro, también por su temática.
También determina este estilo los colores utilizados, son muy comunes el negro y blanco, tanto para jugar con los marcos pueden escogerse perfiles lisos sin ningún tipo de adorno en blanco o negro, y muy importante para determinar este estilo es el motivo a enmarcar, siendo muy efectivas las fotos en blanco y negro. Utilizar la fotografía artística es un éxito garantizado, en este tipo de ambientes. Este criterio cromático unifica y genera ese espacio minimalista que queremos conseguir.
